Investigadores pertenecientes al Grupo de Estudios Arqueológicos (GEA) de la UNCA, hallaron vestigios de una estructura piramidal de 1300 años, perteneciente a la Cultura de La Aguada. El mismo fue descubierto en las primeras estribaciones de las sierras de Ambato-Manchao, a 7 km de la Capital Catamarca.
Se trataría de un montículo tipo piramidal, emplazado en una loma de pegmatitas y cuarzo a 804 metros sobre el nivel del mar, la misma fue encerrada con muros de piedra en forma radial, dispuestos de manera ascendente, posee una superficie de 4250m2.
El montículo es una construcción vertical denotada por sucesivas paredes levantadas a distintos niveles, las rocas usadas para la construcción de los muros son de distintos origen y fueron dispuestas con su cara frontal canteada y las juntas discontinuas desbastadas para asegurar su traba y asociada a los afloramientos rocosos de la misma loma.
Estos muros poseen una altura promedio de 0,60m, aunque se observa un gran proceso de derrumbe afectado por la vegetación, en la base predominan las lajas verticales y por encima de ellas varias hiladas de lajas horizontales, cumpliendo la función de sujetar/contener la loma.
En los niveles inferiores se encuentran grandes rocas graníticas, de las cuales salen muros en formato radial contorneando la loma, en estas rocas se contabilizaron 20 morteros con profundidades promedio de 35cm y diámetros variables entre 22cm; como así también manos para moler.
Hacia el sector Este del montículo se registró una rampa de acceso de manera que su superficie forma un plano inclinado que comunica dos áreas a distintas alturas, mediada por rocas prismáticas, a modo de abertura de acceso a la parte superior de la loma.
En la parte superior de la loma, se encuentra un conjunto de estructuras cuadrangulares de 4x4m de lado, con muros dobles e inmediatamente aledaño a estas se hallan grandes rocas dejando un espacio central dejando un espacio en el cual suponemos se correspondería a actividades rituales vinculadas a la dinámica agrícola de las poblaciones campesinas del primer milenio.
La asignación temporal por el momento fue determinada por medio de la asociación de fragmentos cerámicos decorados perteneciente a la Cultura de La Aguada y por la relación con las técnicas constructivas de los muros, que responden a las mismas características observadas en el los diversos sitios arqueológicos registrados en el valle central.
Si bien el hallazgo de este tipo de manifestaciones es de carácter particular para la arqueología del noroeste argentino, existen registros similares en nuestra provincia, como por ejemplo el valle de Ambato y en el departamento Capayán, la particularidad es que en la quebrada de El Tala este tipo de estructura ceremonial fue construida tomando como base una lomada natural.
El motivo de la difusión de este hallazgo, se debe a la preocupación de un vecino de la quebrada (Sr. Hernán Goyenechea) ante la posible amenaza de destrucción por la implementación de un emprendimiento urbanístico en la zona. Para evitar este tipo de inconvenientes se está trabajando con la Dirección Provincial de Antropología a los efectos de buscar soluciones a esta problemática que ponen en riesgo los bienes patrimoniales y que permitan continuar con las investigaciones y su correspondiente puesta en valor.
El GEA está compuesto por un equipo de investigadores de distintas instituciones, entre los que se encuentran: Hugo Alejandro Puentes, Luis Eduardo Ezequiel Fonseca, Cristian Sebastián Melián, Claudio Gustavo Caraffini, Roxana Edith Fiant; Elisa Hacha. Además de, becarios y alumnos de la Escuela de Arqueología de la UNCA: Matías Randon, Antonella Herrera, Carla Rojas, Daiana Amaya, Gabriel Álvarez, Silvana Arreguez, Ismael De La Fuente, Amelia Dahabar, Alejandro Juárez, Gabriel Ramírez y Pirén Ptasik.
Centro de Medios Universitarios (CMU)