Descifrando el Pasado: El Enigma de los Montículos Ceremoniales en Paclín
En
el Departamento Paclín, un enclave reconocido por su riqueza arqueológica, el Equipo
Arqueológico Paclín, encabezado por el Dr. Emilio Villafañez y co-dirigido por
los licenciados Andrés Barale y Daniel Aza, ha realizado un descubrimiento
significativo sobre las culturas prehispánicas de la región. Este proyecto ha
sido posible gracias al apoyo de la Universidad Nacional de Catamarca y a la
Fundación de Historia Natural Félix de Azara, permitiendo una investigación
profunda de un sitio ceremonial con características excepcionales.
Situado
en un paisaje marcado por roquedales, morteros, evidencias de antiguas
viviendas y sistemas agrícolas, hace ya varios años que el equipo descubrió un
sitio que sobresale del resto por tener características únicas, al ser uno de
los pocos registrados para toda Catamarca, siendo un sitio ceremonial que se
distingue por dos grandes montículos y gran cantidad de cerámica dispersa por
varios centenares de metros. Inicialmente estos montículos fueron considerados
formaciones naturales, pero las investigaciones han revelado su verdadera
función. El análisis del primer montículo (alterado por prácticas agrícolas
actuales) reveló una gran cantidad de cerámica fragmentada de los estilos
Aguada Ambato y Aguada Portezuelo, así como restos óseos de camélidos y otros
animales, indicando su función como posible basurero indígena. Sin embargo, es
el segundo montículo el que presenta el hallazgo más intrigante.
En
este montículo, con sus imponentes dimensiones y más de 4 metros de altura, gracias
a una cuidadosa excavación que aún sigue en marcha, se registró en la cima del
mismo el entierro de las extremidades inferiores de un adulto, se puede
observar los huesos largos cruzados uno encima de otro, dispuestos de manera
cuidadosa que denota una intencionalidad en la deposición de estos restos
humanos. La ubicación y características de este entierro plantean interrogantes
sobre las prácticas funerarias precolombinas en la región. Hallado a una
profundidad de solo 60 cm, este descubrimiento apunta a la ejecución de
rituales especializados, potencialmente sin precedentes en la arqueología del
Noroeste Argentino (NOA). El hallazgo de los miembros inferiores en la cima de
uno de los montículos ceremoniales nos enfrenta a una serie de interrogantes
particularmente. ¿Qué significado tuvo este entierro para las culturas de la época?
¿Representa este descubrimiento una práctica ritual única o desconocida hasta
el momento? ¿Podría sugerir la influencia de otras regiones? Estas preguntas
subrayan la complejidad y riqueza de las tradiciones precolombinas,
invitándonos a reconsiderar lo que creíamos saber sobre sus costumbres
funerarias y ceremoniales.
Los
análisis sugieren una posible cronología relativa de estos eventos en los
momentos finales del primer milenio de nuestra era. Notablemente, también se ha
identificado cerámica Chaco Santiagueño, lo que indica posibles interacciones
con regiones distantes. Esta evidencia sugiere una red de contactos que se
extendía a través de grandes distancias.
Además,
se cree que los montículos originalmente servían como depósitos de desechos,
pero con el tiempo algunos se transformaron en sitios con propósitos
ceremoniales, rodeados por plazas dedicadas a rituales y flanqueados por áreas
residenciales. Esta reasignación de funciones destaca la complejidad social de
las culturas que habitaban esta área.
Este
proyecto no habría sido factible sin el espacio otorgado por la Universidad
Nacional de Catamarca y el apoyo de equipos tecnológicos aportados por la
Fundación de Historia Natural Félix de Azara, así como las contribuciones
económicas personales de los arqueólogos mencionados. Su compromiso refleja una
inversión de tiempo, esfuerzo y recursos financieros personales, subrayando su
dedicación a descubrir nuestro pasado.
Estos
hallazgos no solo iluminan las prácticas rituales y la vida cotidiana de las
culturas que residieron en el actual Departamento Paclín, sino que también
enfatizan la importancia de la arqueología para comprender el pasado.
Este
notable descubrimiento en Paclín es solo el comienzo de un largo camino de
investigación. Los trabajos de excavación continúan en pleno proceso,
prometiendo desvelar aún más secretos de nuestro pasado. Lo que se ha
encontrado hasta ahora abre un sinfín de interrogantes y caminos por explorar.